BIOGRAFÍA DE BLAS SÁNCHEZ HERNÁNDEZ
 

BIOGRAFÍA DEL COMPOSITOR Y MÚSICO BLAS SÁNCHEZ

    Blas Sánchez es un referente fundamental en el ámbito cultural y musical canario.
    Su personalidad caleidoscópica que le ha permitido desarrollarse en múltiples campos, desde que, siendo muy niño, comenzó a introducirse en la música popular que se hacía en la villa de Ingenio, donde nació, y donde escuchó por primera vez las parrandas que recorrían las calles con sus folías y Tajarastes, donde se incorporó al grupo "Campos del sur", dirigido por D. José Suárez, y donde quedó fascinado por la figura de un tal Elías el manco, trovador extraño y misterioso para aquel niño que escuchaba todo y guardaba en la memoria aquellos Ranchos de Ánimas que luego ha rescatado y recopilado para que no queden en el olvido.

    Comenzó posteriormente un itinerario algo más ortodoxo, en el internado de S. Antonio, (Las Palmas de G. C.) estudiando solfeo y violín, y sus primeros contactos con las obras de Mozart, Beethoven, Brahms.

    Fue concertino de la orquesta chica, dirigida por Gabriel Rodó, y fue al mundo del violín al que dedicó gran parte de su juventud, con gran disciplina, convirtiéndose en un músico serio y comprometido con la obra que debía tocar.

    Termina su carrera en el entonces Conservatorio Profesional de Tenerife, con las máximas calificaciones, y, en 1956, se traslada a Madrid, becado por el Cabildo Insular, para seguir cursos de perfeccionamiento.

    Ya por entonces, había compuesto muchas obras, y la guitarra comienza a ser su medio expresivo más habitual y para la que compone sus Blasianas canarias.

    Alterna sus estudios con conciertos como violinista, y su actividad en Madrid comienza a ser imparable. Es ahí, donde surgen por vez primera las visitas de su alter ego, de su heterónimo B. Praf, quien le inspira sus composiciones e improvisaciones al estilo antiguo. Como si de alguien distinto pero no distante se tratara, gracias a esas apariciones existen obras como Variaciones sobre folías de España, Floreo sobre un pasacalle español, Aires y danzas de otros tiempos (para guitarrarpa), Divertimento canario, donde intervienen el timple, el requinto, la guitarra y la guitarrarpa acompañados por Orquesta de Cuerdas. También surge otro heterónimo, Fray Benedicto, y otro, Praf Bronner quien le inspira obras para violín.

    En contraposición a esto, se mantiene siempre atento y en contacto con la realidad que le rodea, y termina su etapa en Madrid cuando, al repartir unas octavillas reclamando libertad de expresión, le rompen las cuerdas de su violín y de su guitarra, y decide irse a París, donde lo esperaba su amigo el escultor Ángel - Péres, con su imaginación, su inseparable pentapusana, una guitarra y un violín como único equipaje.

    Y es ahí donde comienza la aventura que le llevó a lo que él mismo llama "el viaje de 41 años dentro de un pentagrama parisino".

    Siguió su ritmo de creación infatigable, unido a ocupaciones esporádicas que le permitían vivir. Así, se unió a los pintores canarios de Montmartre, como Julio Viera, impartía clases de canto a cambio de comida, componía canciones para sus alumnos, y formaba un dúo con el pianista César Morales con quien ofrecía conciertos en los que siempre incluía alguna obra propia. Canta en la Sinagoga Liberal de la rue Copérnic en hebreo, ruso y en Ambrosiano en la iglesia ortodoxa en la rue Daru y en latín en Notre Dame.
A pesar de esta actividad frenética e incansable, encontró el ambiente de libertad y respeto que necesitaba y propiciaba su mundo creativo.

    El moverse en distintos ambientes le llevó a colaborar con el luthier Emile Francais , para quien prueba violines en su taller, coincidiendo allí con el violinista David Oistrach, de quien, posteriormente, recibe clases y con quien establece una importante relación profesional.
    Además, en 1960, comienza a colaborar con otro de los grandes de la época, Jascha Heifetz, con quien toca en Tel Aviv el Concierto para dos violines en re m. de J. S. Bach.
    También, toca para un ballet de danzas barrocas, para quien compone muchas obras, ya que la composición se ha convertido en algo inherente a su quehacer como músico.
    Comienza, posteriormente, su etapa pedagógica, donde amplió su creatividad, adaptándola y desarrollándola desde y para la enseñanza.

(continúa en en el número 2)