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Es en el Conservatorio
Municipal de Vitry sur Seine, perisferia
parisina, donde va a desplegar una intensa carrera
como profesor de Guitarra y Música de
Cámara.
Se encargó de
iniciar, cambiar y renovar la enseñanza
musical durante treinta y ocho años.
La forma novedosa, participativa, individualizada
en que enfoca las clases, adaptándolas
a cada alumno y creando incesantemente obras
para ellos, es lo que va a ocupar su tiempo
durante todos estos años. Crea, paulatinamente
y desde el aula sus propios métodos,
en el que el aprendizaje es fluido, conjunto,
estimulante, creativo, no sólo técnico,
sino una permanente fuente de sorpresas, que
está reñida con la rutina, con
la adquisición de contenidos sin fundamento,
y en la que los alumnos van a descubrir cosas,
a experimentar con los sonidos, a formar parte
de su propio proceso de aprendizaje, y, si no
les es posible hacer música tocando,
la harán cantando.
El
mundo pedagógico es el que va a ser el
receptor de toda su creatividad, y así,
en sus métodos, va creando un interesante
corpus de obras para guitarra y de canciones.
Por citar brevemente,
su primer método L´ami du débutant,
fue editado por Choudens en 1964, vinieron luego
el Método Clásico para guitarra
y el compendio "Técnica
y Más", donde ha incluido
muchos de sus estudios y obras más importantes,
como sus Folías de ensueño, Suite
Arpiana, Suite Iberoameicana, Siete Pinceladas,
Rítmico canario, Blasadas, entre muchas
otras.
Sin
embargo, esta actividad incesante y continuada
no fue obstáculo para que siguiera con
su vida concertística y cultural, así
en París, conoció a personas tan
relevantes como Cortázar, Alejo Carpentier,
Alberti, y, sobretodo, Pablo Neruda,
con quien dio varios recitales, acompañándolo
en la lectura de sus poemas. Es a este
escritor y poeta a quien dedica su "Salmos
a Neruda", cuando materializa
lo que va a ser otra de sus aventuras personales,
nunca desligada de la música, y que es
la construcción de un nuevo instrumento
que llamó Guitarrarpa, que consta
de trece cuerdas, y una afinación propia
con la que va en busca de otras sonoridades
y otras tímbricas.
La
primera de estas guitarrarpas se la hizo un
gitano llamado Kiko Doher, con los restos de
madera de un viejo violoncello, y que fue un
experimento que luego se va perfeccionando con
las de Castelluccia y Pappalardo, hasta llegar
a la actual de Manuel Contreras.
De entre las obras para
este instrumento, debemos destacar los mencionados
Salmos a Neruda, Archipiélagos
imaginarios, Fantasía
para un hombre solo, Comunicaciones,
con orquesta de cámara y percusión
y, el Concierto para un Faycán,
para guitarrarpa y orquesta.
Así,
entre las investigaciones, las clases, la animaciones
musicales, los conciertos, ocupa esos años
parisinos, y, además, tiene ánimo
para fundar un conjunto guitarrístico
de gran prestigio como es el Cercle Guitaristique
de L´Ille de France, que actúa
en el Festival Anual de Normandía, y,
posteriormente, ya en los años 80, con
sus alumnos más aventajados, el Guitar
Consort, con el que tocan, primordialmente,
sus obras.
Organiza
cursos y concursos guitarrísticos en
Francia a los que asisten alumnos de muy diversas
nacionalidades, entre los que destacan los que
dirige durante más de 20 años
en Normandía,
unidos a los de Polonia, Cuba, Senegal y el
Concurso Panafricano de Togo,
Camerún, y los del Norte de España.
Actualmente organiza un Curso anual en la villa
de Ingenio.
No
obstante, eso no ha dejado de lado su mundo
compositivo. Buscando adentrarse en otros lenguajes,
otras sonoridades, nuevas expresiones estéticas
que den respuesta a ese espíritu creativo,
han nacido obras como "Magma",
para barítono y pequeña orquesta,
que se estrenó en París con pinturas
de Ildefonso Aguilar, "Murmullos
de un volcán", para violín
con pastilla eléctrica, piano, guitarrarpa
y percusión, y efectos electroacústicos,
un oratorio actual, "Le Canarien",
para orquesta de cuerdas, violín solo,
barítono, coral, recitantes y percusión,
"Alegatos con cabreo ma non troppo",
todas obras que responden a mundos sonoros propios
que revelan la enorme capacidad creadora de
su autor.
Tampoco hay que olvidar
la reunión de sus canciones para niños
en la denominada "Le Gran Voyage".
Así
han transcurrido los más de 40 años
que ha pasado el maestro en París, en
los que la motivación creadora y pedagógica
han cristalizado en casi 2000 obras.
Actualmente, desde su
vuelta en el 2000, se dedica a la conservación
y mejora de su patrimonio en la sede de la Fundación
que lleva su nombre y que es su casa,
y se ha convertido en un centro de encuentros
culturales, sigue componiendo para aquellos
que se lo soliciten, revisando sus propias obras
y dedicándose a la escultura.
Para
concluir, Blas Sánchez es un trabajador
infatigable, que ha querido transitar por un
universo personal desde la curiosidad y la creatividad,
y así, diversificándose y sin
alejarse nunca de sus objetivos, desde su pentapusa
hasta su guitarrarpa, ha ido reafirmándose
en aquello en lo que siempre ha creído
y que le ha permitido ser él mismo, con
libertad e independencia, sin adherirse a ningún
grupo ni corriente, ha impregnado toda su obra
de comunicabilidad y verdad, y ha hecho de sí
mismo un compositor original y único,
que se ha movido por diferentes estéticas
y ha sabido encontrar, después de unlargo
camino de búsqueda, su propia manera
de expresarse dentro de su compleja personalidad
artística.
Tenemos la suerte de poder disfrutar de su obra,
de su música, pero, sobretodo, de su
gran calidad humana.
-Extraído de la web oficial
del artista blassanchez.com-